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Ipglobal sube al Everest de la mano de Alberto Pousada

Alberto Pousada es un deportista coruñes que en la última década acumula numerosos éxitos deportivos.

Amante de los retos, se ha enfrentado hasta cuatro veces al Marathon Des Sables, la carrera de ultra fondo más dura del mundo. Desde Ipglobal, estamos orgullos de haber podido apoyar a Alberto a lo largo de estos años, en los que ha lucido la camiseta de Ipglobal o de Webphone cada vez que ha cruzado la meta.

Este año, coincidiendo con el 15 aniversario de la empresa, Alberto ha emprendido un nuevo reto: El Everest Trail Race, y de nuevo ha contado con Ipglobal, cuya bandera ha colocado esta vez a 4.100 metros de altitud.

Esta semana, hablamos con Alberto en nuestras oficinas de A Coruña sobre su carrera deportiva, y sobre su último éxito en la conquista del Everest.

Alberto, ¿cuándo decidiste empezar a competir?

Lo recuerdo perfectamente: una madrugada en 2001 vi por la televisión un reportaje de La 2 que trataba sobre el Marathon des Sables, un maratón que transcurría por el desierto del Sahara y donde habían participado tres gallegos ese año. Vi esas imágenes espectaculares y me dije “buah, esto lo tengo que hacer alguna vez en mi vida”. Hasta ese momento no corría regularmente y me animé a preparar esa prueba hasta encontrar algún pardillo que me acompañase. No lo logré hasta que en 2006 convencí a un compañero de trabajo, nos preparamos específicamente para esa prueba durante seis meses y al año siguiente participamos en ella.

 

¿Quién te apoyó en tu primera participación?

Nadie, apoyo cero: Marathon des Sables, la carrera más dura del mundo, dos piltrafillas que no habían participado antes en ninguna otra… Las apuestas eran claras: no íbamos a terminarla. Una vez llegamos a meta, hicimos las siete horas de bus para volver al hotel y nos duchamos, lo primero que hicimos fue grabar un vídeo con las medallas para demostrarle a todos que lo habíamos logrado.

Es más, cuando le dije a mis padres en 2001 que tenía la intención de participar en esa carrera, no se lo creían. Solicité a la organización un dossier con toda la información y en cuanto llegó, mi madre lo escondió. Pasó el tiempo, me había olvidado un poco del tema y en cuanto me encontré ese dossier por casa, me di cuenta de que podía ser una señal…

 

¿Tuviste alguna fuente de inspiración o enseñanza para motivarte al comenzar?

La motivación principal fueron las imágenes del desierto y la carrera de ese reportaje, me impresionaron muchísimo. Para empezar a entrenar, fuimos muy autodidactas… Y eso es un gran error. Pasado el tiempo, después de tantas lesiones, me doy cuenta que hicimos muy mal en no tener un preparador. Lo único que hicimos fue contactar con un chico de Santiago que había participado en una edición anterior, para tomar un café y que nos explicase cómo fue su experiencia. Lo importante es, además de las sesiones de correr, la preparación en gimnasio y rodearte de buenos corredores para aprender de ellos.

 

¿Qué calendario te sueles marcar cada año?

Antes planificaba a quince días vista y llegué a hacer veinte carreras en un mismo año… Otro gran error: no por mucho correr, vas a disfrutar más. De hecho, al final no lo disfrutaba tanto. Ahora prefiero marcarme tres carreras grandes y chulas al año, y a partir de ahí buscar entre ellas alguna carrera más corta que me sirva de entrenamiento.

 

¿Cuál es el reto más grande y duro al que te has enfrentado?

Marathon Des Sables, sin duda. Allí he estado cuatro veces. De las cuatro veces, la peor, las cuatro. 250km en 7 días, 50º en el desierto del Sahara, cargado con una mochila de 12kg, con una fuerte deshidratación… En Sables solo un año estuve muy cómodo -en mi tercera participación-, el resto de las experiencias las acabé, las disfruté, pero sufrí muchísimo. Solo un año conseguí dosificar mis fuerzas e ir de menos a más, en el resto fui de jodido a jodido.

 

Cuando te fallan las fuerzas, ¿qué te suele rondar en la cabeza?

Lo primero, intentar sacar todo pensamiento negativo. Cuando me encuentro mal, lo primero que hago es intentar buscar una solución. Si es problema físico, intento no perder los nervios, porque si intentas buscar una solución rápida, los nervios te pueden traicionar. Entonces, lo básico es serenarse y buscar una solución, que casi siempre se suele traducir en comer y beber. Descansar un rato, retomar la marcha poco a poco, hasta que veas que el cuerpo se ha recuperado.

  Cuando me encuentro mal, lo primero que hago es intentar buscar una solución.

¿Cómo afrontas la preparación mental para tus competiciones?

Mi modo de afrontar las carreras está configurado en base a mi primera experiencia. Pude finalizar mi primer maratón gracias a mi compañero de carrera Guillermo, porque él era muy objetivo, yo soy más impulsivo. Por muy buenas sensaciones que tengas en carrera, lo importante es la cabeza.

Siempre lo digo: con un mínimo de preparación física y una mentalidad fuerte, cualquier persona puede terminar una carrera. Si ir más lejos, una señora de setenta años participó en la carrera del Everest y la acabó. Lo que a nosotros nos llevaba cuatro o seis horas, a ella diez o doce horas. A veces lloviendo… eso sí que tiene mérito.

 

¿Alguna vez te has sentido desmotivado o sin ganas de plantearte nuevas metas?

De momento nunca me ha pasado eso. Me ha sucedido al revés, sobre todo con este tipo de retos. Llegas a meta y es un subidón impresionante, pero al mismo tiempo, a mí me da mucha pena terminar. Intento buscar rápidamente algo para recuperar esa ilusión. Es muy habitual en los corredores llegar a casa y ya pensar en la siguiente.

 

¿En qué consiste el Everest Trail Race?

La carrera en sí discurre en el Himalaya son 160 km en 6 etapas cortas y con un desnivel positivo total de 30.000 metros. Una de sus peculiaridades es que tienes que cargar la mochila con todo lo que necesites (saco de dormir, toalla, plumífero…). Las primeras etapas transcurren en la zona no turística, donde percibes las duras condiciones en las que tiene que vivir la gente de allí. El último tramo del recorrido coincide por la ruta que lleva al Everest, y coincides con los turistas extranjeros y sus sherpas.

¿Cómo ha sido tu experiencia?

Esta ha sido mi segunda participación en esta carrera y me quedo con lo espectacular de su paisaje, vas todo el tiempo con la boca abierta. Giras en una curva y te encuentras con el Himalaya de frente, una pasada. En lo personal, ha sido muy satisfactorio al bajar seis horas mi marca personal y por clasificar tercero en la categoría por equipos junto con un compañero con el que ya había coincidido en otras carreas.

 

¿Cómo ha participado Ipglobal en tu trayectoria deportiva?

A David Bello lo conozco desde pequeñito, hacíamos judo y pesca submarina juntos. A raíz de primera participación en la carrera del desierto, Ipglobal siempre me ha apoyado de alguna manera: o bien económicamente, o ayudándome a buscar patrocinios. Un año me ayudó a hacer crowdfunding y casi logramos cubrir todos los gastos a través de esta vía. Estoy muy agradecido por el apoyo constante.